La postura de una persona nos habla de su pasado, de su experiencia, de su forma de ser y la vida que ha llevado. La posición de los hombros nos da idea de las batallas libradas, de los problemas sufridos, de resentimientos guardados o de una personalidad tímida. Centros de investigación especializados en lenguaje corporal como el Instituto Esalen considera que los problemas psicológicos se reflejan en la estructura corporal.
La postura nos da señales clave acerca del carácter de una persona y también habla mucho sobre la actitud que ésta tiene ante los estímulos que recibe del exterior. Estudios psicológicos realizados sobre la postura concluyen que refleja los sentimientos de un individuo con respecto a las personas que lo rodean.
La postura es el elemento más fácil de observar e interpretar dentro de la comunicación no verbal, aunque parece que pasa desapercibido, nuestro cerebro recibe y procesa esta información, muchas veces de manera inconsciente y responde en forma automática ante estos estímulos. Las posturas nos envían señales y mensajes sobre los juicios, opiniones y sentimientos de alguien con respecto a una situación u otra persona.
La mayor parte de nuestra comunicación es no verbal, sólo lenguaje corporal. Y aquí hay algunas de las posturas que tomamos más comunes y su posible significado:
- Mirar hacia abajo: No querer escuchar, ocultar algo.
- Inclinar la cabeza: Interés, atención.
- Caminar erguido: Confianza y seguridad, autoridad y autoestima.
- Comerse las uñas: Inseguridad, baja autoestima, nerviosismo.
- Frotarse las manos o golpear ligeramente los dedos: Impaciencia, ansiedad.
- Acariciarse la mandíbula: Se refiere a la toma de decisiones, a una disyuntiva o planeamiento de una elección.
- Apretarse la nariz: Percepción negativa de los que se escucha, incredulidad, duda, mentir u ocultar algo.
- Entrelazar los dedos: Da muestra de autoridad, de jerarquía.
- Tomarse las orejas o darles un tirón: Inseguridad, querer ocultar algo.
- Sentarse con las manos por detrás de la cabeza: seguridad en sí mismo, superioridad, confianza.
- Cruzar las piernas balanceando ligeramente el pie: aburrimiento, distracción.
- Brazos cruzados a la altura del pecho: actitud a la defensiva, rigidez, estar expectante.
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